PURA VIDA


9 mar 2007

La revelación


Pasé todos los días de una semana entera sentada frente al mar. El mar azul y sus olitas. Y opté que mi resolución del nuevo año se resumía a una sola cosa y a todo lo que esta trajera para mi: tenía que aprender a pararme sobre una tabla. Tenía. A mis 25 años.

La decisión más inteligente, sin duda. Seguida de una aún mejor: alquilar una casa en la playa. Así , descubrí mi versión de wonderland.

Cerro Azul.

Una tablita.

Múltiples accidentes.

Cortes en ambos pies cada vez que entraba al agua.

La satisfacción de vencer el rídiculo y el temor.

Mi primera ola.

Y, ahora, un esguinse incubado en un yeso fucsia. (Valió la pena).

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