PURA VIDA


28 mar 2007

Cortesía Pauls


Hay cosas que, sencillamente, son imperbeables al tiempo. Puede pasar un día, un año, décadas enteras y, aunque habiendo experimentado por un proceso de mutación, en su esencia ( la única que vale) continúa. Hace unas semanas atrás me he quedado pegada con una novela cuyo omnipotente título dice: El Pasado. En resumen, una historia de amor y cómo este con los años se transforma, se convierte, se vuelve adicción, se vuelve imposible de olvidar, te consume. Y mejor aún, de cómo un amor pasado nunca (pero nunca) muere. Sólo va cambiando de rostro (puede llegar a ser abominable - tengo testigos) con el tiempo.

Personalmente, me convence. Personalmente, lo siento. Un amor pasado puede ser un amor presente ( dependiendo del grado de necedad de cada uno o de cuán vivo sigue todavía- o comienza a ser). En todo caso, a todos ellos, démosle crédito por su supervivencia.Por su genialidad de sortear todo tipo de murallas, distancias, silencios. Y festejemos por los que todavía guardan un lugar o esperan una nueva oportunidad.

No hay comentarios: